sábado, 31 de mayo de 2008

Palabras

A menudo hablo más de lo que debería, aunque callo bastante más.

A veces intento aclarar las cosas más de la cuenta. Y aún así los malos entendidos siguen estando ahí.

A veces tengo que morder mis palabras para no decirlas. Pero algunas se empeñan en dañarme si no las pronuncio.

A veces las palabras más claras son las que no se dicen. La mirada es el espejo del alma.

Muchas veces hasta yo mismo caigo en la trampa de no acordarme que la precipitación y el error están estrechamente unidos.

A veces no encuentro con quien hablar, aunque sea de cosas insignificantes.

Se dice que lo óptimo es alcanzar el equilibrio. Dichoso equilibrio que aún no te conozco.


Qué difícil es hablar cuando los demás se han acostumbrado a que les escuches y viven de tu silencio...

jueves, 29 de mayo de 2008

Distancia


Nos vemos un par de veces al año. Voy. Vienes. Me llamas. No te llamo xD. Pese a todo, no me canso de ir, ya que adoro Madrid, en todos los aspectos. Tú eres mas constante, verano tras verano, tal vez sea porque te encanta la playa.

Cuando los planetas se alinean y nos vemos intentamos aprovechar los días como si del último se tratara. Y eso es lo admirable de toda esta historia. Siempre acaba siendo el mejor mes del año, las mejores vacaciones. Y este año no ha de ser menos. Y ya van 3....o 4!



Decirle a los escépticos que la distancia puede ser un duro obstáculo a superar, pero no un impedimento ni un imposible. Tanto el amor como la amistad dependen de la cercanía del corazón y no de los kilometros...


Para evitar suspicacias, hablo desde la AMISTAD, lógicamente. (enserio)


Espero que algún día lejano lo leas y quien sabe si será dentro de 5, 10 o 15 años... :D



Pero como nadie es capaz de acceder a este recóndito y oscuro lugar..... quedará entre tu y yo (sí sí,TÚ!)


Sin más, me despido. Corto pero igual de intenso ;)


Un beso para ella!!




y otro para ti.. !querida lectora!

miércoles, 28 de mayo de 2008

Demasiadas promesas


"Siempre estaré a tu lado. Agárrate fuerte, no te soltaré. Te llamaré. Puedes apoyarte en mí. Estaré ahí para lo que necesites. No te haré daño, confía en mí. No te fallaré nunca. Allí estaré. Iré seguro. Siempre te diré la verdad, nunca te engañaré. Si necesitas hablar te escucharé. No lo volveré a hacer. Pase lo que pase podrás contar conmigo..."

Demasiadas promesas...¿no creen?

Si me dieran un euro por cada ocasión en que alguien me ha dicho: "Te lo prometo" , sería rico.

La gente parece tener una tendencia innata a hacer promesas que de antemano saben que no van a cumplir. No sé por qué lo hacen. Quizás sea por quedar bien. Quizás por afán de protagonismo. O porque saben que tienen fecha de caducidad.

O quizá porque de alguna u otra forma necesitan poder creer en ellas mismas...

martes, 27 de mayo de 2008

Vida Diaria


Está amaneciendo. Te acercas lentamente a la ventana y apoyas tu rostro en el cristal. Observas. Respiras. En ese momento el Sol comienza a salir y su radiante sonrisa te grita los buenos días. Un rayo se filtra por los cristales y acaricia suavemente tus mejillas. Tienes una sensación cálida y enérgica que te obliga a despertar, a la vez que te recuerda lo bello que se esconde ahí fuera.

Consigues levantarte con mucho esfuerzo, mientras tu mirada sigue clavada en la ventana. En tu barrio hay muchos perros. La gente los llama callejeros, pero tu sabes bien que eso no es verdad.

La casa, en estos momentos, está llena de ruidos. Además de los perros, puedes escuchar a los niños camino a la escuela o a los vecinos camino al trabajo. Son ruidos cotidianos que te recuerdan tu rol en el mundo y que te obligan a abandonar tus pensamientos para sumergirte en ese juego que todos llamamos vida.

Sales de casa. Te desconectas. Te dejas perder entre las masas de gente. Te vuelves uno de ellos. Corres. Gritas. Ríes. Hablas. Sufres. Lloras. Y luego regresas a casa. Te quitas la ropa, tus zapatos y la máscara que llevas puesta. Entonces eres tu mismo. Te disfrutas. Te alimentas.

Te acercas a la ventana donde antes habías dejado al Sol dándote los buenos días. Te das cuenta de que el Sol ya se ha ocultado. Ha vuelto a marcharse sin despedirse, y su hermana la luna aún no se deja ver. Respiras. Pensando en mañana te metes en la cama. Y viajas. Te pierdes. Te encuentras. Te inventas.