viernes, 14 de noviembre de 2008

Búsqueda continua

Sigo buscándome. Sigo encontrándome. Sigo perdiéndome. Sigo asombrándome. Pero, por encima de todo, sigo intentando dilucidar quién soy.

Cuánta razón tienen los que afirman que uno nunca deja de sorprenderse. Si es que en el fondo ni siquiera nosotros mismos nos conocemos una mínima parte de lo que desearíamos. Es cierto, la vida no deja de asombrarme. Yo no dejo de asombrarme. Y el exceso de información me bloquea algunas puertas por las que no quiero salir, pero por las que tal vez debería asomarme. No tener miedo también tiene sus inconvenientes...

A veces me descubro pensando en voz baja, tachando pensamientos de mi larga lista sin tener claro si el avance está en abrir la boca o en dejar que pase todo. Sigo tratando de alcanzar el dichoso equilibrio, con la sensación de tranquilidad que da el no contradecirse demasiado. 

Pero otras veces, como ahora, una parte de mí se siente tan inevitablemente sola en su conciencia, y que lo va a seguir estando por mucho que se rodee de gente. 

Lo único esperanzador del caso es que ya no duele. Pocas cosas pueden doler ya. Sólo queda ponerse la sonrisa de inmunidad...y seguir adelante.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Crossroads

De nuevo vuelvo a tener la vida pendiente de un interrogante, o de varios. Ya ni siquiera sé las preguntas que debo contestar. Únicamente vuelvo a sentir la incertidumbre llenando mis días de una extraña sensación, mezcla entre el miedo pausado de lo desconocido que está por llegar, y la tranquilidad del que siente que ya no tiene nada que perder.

Me vuelvo a ver sentado en la casilla de salida, mirando unas fichas sin saber muy bien cómo moverlas, y con unos dados que parecen trucados de suerte muy confusa.

Me precipito a lugares que no acierto a reconocer, sorteando caminos que ya he transitado anteriormente y por los que me niego a volver a pasar.

Y mientras, entre circunstancias y devenires, voy descubriendo muchas más partes de mí llamando a mi puerta. Y yo sigo abriendo sin mirar, confiado, sin tener claro si alguna de ellas no vendrá en son de guerra.


La vida y yo seguimos apostando a la carta más alta. Y hay algo que me dice que la banca siempre gana..