lunes, 30 de junio de 2008

Cansancio

Por una vez, me despierto y me doy cuenta de que estoy en guerra con el mundo y no conmigo.

Y no con el mundo en general, sino más bien con el mundo en particular. No es enfado, es cansancio.
Cuando a veces se rebosa cierto nivel de paciencia, es inevitable que el vaso se derrame.

Cansado de hipocresías, de palabras que creen que quieres escuchar, cuando no es cierto. De frases vacías, moderadas, que en realidad no dicen absolutamente nada, pero que son una invitación a mantener un compromiso implícito y tácito que resulta estúpido. Cansado de dar explicaciones, de justificarme constantemente, de pedir disculpas por decir lo que pienso, lo que siento, lo que creo, y hasta lo que invento. Cansado de no llegar a ser todo lo consecuente conmigo mismo que debería por acabar arrastrado a un círculo vicioso de visitas obligadas y saludos formales, que te acaban convirtiendo en un hipócrita más. Cansado de "como siempre", cansado de las frases fugaces y efímeras, de las cortinas de humo, de las mentiras veladas , de las sonrisas caídas que no dicen nada. Cansado de la tolerancia y las miradas por encima del hombro que pasan por palmaditas en la espalda. Cansado de incongruencias, de apariencias, de falsedades, de máscaras y puñaladas por la espalda. Cansado de ser parte de un teatro de marionetas del que no quiero participar.


Así que me bajo en la próxima estación y cambio el rumbo.

viernes, 27 de junio de 2008

Divagando

Hace unos días tuve la ocasión de divagar con una buena amiga. Reconstruimos el mundo a nuestra medida. Soñamos con aquello que podría acercarnos a lo que queremos. Volamos lejos, muy lejos... y nos reímos sabiendo que siempre seremos unos incomprendidos. Pese a ser unos profundos idealistas, bien sabemos que nuestra utopía no es tan inalcanzable como pueda parecer.

"Somos líneas paralelas cuya gran virtud es que jamás se cruzan"


A veces vuelvo a tener el mismo deseo, ese que me persigue de hace ya demasiado tiempo y que tal vez un día consiga cumplir. En ocasiones es tan fuerte que me cuesta no rendirme a él. Coger una mochila, un billete de ida a cualquier lugar, donde sea, y desaparecer... sin preocuparme de qué haré cuando llegue, cómo voy a vivir, qué va a ser de mí. Sólo sentirme libre y empezar de cero. Aprender a vivir sin más necesidades y compromisos. Cargar únicamente con mi vida y mi responsabilidad, y abandonar todas las cruces que los demás me han colocado. Bajarme del carro de la locura para llegar a conocerla realmente. Tener esa sensación de libertad, de ver el sol y sentirlo de otra forma, así como de ver las estrellas y mirarlas con otros ojos. Todo ello sin facturas, sin estrés, sin deberes, sin imposiciones....VIVIR en mayúsculas.

Me canso de que la mayoría me diga que debo acostumbrarme a lo que no quiero.


¿Queda algún billete para ese vagón? Quiero ir a ver maravillas...



¡Felicidades por tu mayoría de edad, querida lectora! ;)

jueves, 26 de junio de 2008

Diferentes realidades

En días como el de hoy, se me escapan todos los motivos de tantas y tantas cosas que no comprendo... que en realidad llevo toda la vida sin comprender.


Miro a mi alrededor, y por un instante me planteo si realmente nací en un mundo aparte o es que hay personas que siguen sin darse cuenta de que existe más realidad de la que sus ojos son capaces de ver.


Hablan y parece que sus palabras me traspasan, no me llegan. Hablan y sólo oigo susurros que se repiten incesantemente. Y sus preocupaciones parecen las más importantes del mundo, mientras yo callo, miro, observo, y sólo puedo pensar que no saben la suerte que tienen de tener la vida tan resuelta...

domingo, 22 de junio de 2008

Desarraigos

Hay muchas personas que no tienen raíces en ninguna parte, que no tienen un punto de partida definido ni un lugar al que regresar. Nómadas perpetuos. Ulises errabundos sin luz al final del túnel. Rellenan sus maletas con el peso de lo que son y lo que quisieron ser. Con decepciones, quimeras y otras cuestiones. Y en el camino demasiadas sirenas gritando, agudizando voces que hacen desorientar aun más un timón ya de por sí demasiado proclive a los giros sin norte.


Continúan aferrándose a mapas del tesoro que otros diseñaron para ellos. Y cuando se diluyen en el tiempo y el salitre, detrás no queda nada en lo que seguir creyendo, únicamente el triste vacío del que provienen, ese del que debieron sacar la fuerza y el orgullo necesario para resurgir hace bastante tiempo, y no esconderse en los talones de otros.

A menudo pierdes tu hogar para descubrir que realmente tu casa debería estar allí donde tú estés.

Y lo demás sólo es el aderezo ocasional del escenario en el que vivimos.

jueves, 19 de junio de 2008

Caminante, sí hay camino



Solemos organizar nuestras vidas en función de unas variables consideradas lo suficientemente estables como para construir sobre ellas nuestro presente...y hasta planear nuestro futuro. Son pilares que se distribuyen en función de realidades externas más que internas, pero nos gusta creerlas fundamentales, fuentes de pensamiento inquebrantable. Cimentamos sobre ellas nuestros sueños. Luego, edificamos nuestras decisiones, nuestros pasos, nuestro camino. Colgamos en la pared todas y cada una de nuestras posibilidades: la estabilidad, la esperanza, la fe.


Pero todo eso no sirve de nada, ya que la vida es un inevitable abismo de probabilidades aleatorias, donde nuestras pequeñas decisiones desencadenan continuos aleteos de mariposas que pueden llegar a desestabilizarlo todo, provocando terremotos en el mismo epicentro de nuestras emociones y llevándonos a situaciones incontrolables.

Mi mundo ha acabado por desmoronarse en estas últimas semanas por tantos frentes que por un instante me he visto desbordado por restos de naufragios por todas partes. Ahora no tengo claro qué pasará mañana, que haré la semana próxima o dónde viviré dentro de unos meses.


Sólo tengo claro que no voy a quedarme sentado en el borde del camino.


Empieza a vislumbrarse una nueva etapa...


Alea jacta est.

viernes, 13 de junio de 2008

Desorientación



Un bar.


Un bar cualquiera. Uno de esos cuyo nombre ignora la mayoría al pasar por su puerta y que puebla una calle al azar. Al fondo una mesa entre muchas. Dos sillas. En una de ellas descansa un abrigo haciendo de acompañante imaginario. Frente a él alguien sostiene un cigarrillo en una mano. Una copa en la otra. Sus ojos miran. Miran al vacío. Mucho más allá del ruido que desprende las máquinas tragaperras. Mucho más allá de las conversaciones que se dan alrededor. Mucho más allá del suelo, de las paredes, o incluso del dia o la hora que es.


Llora.
Sin ruido.
Sin movimiento.
Llora lenta y pausadamente.
Como si sus lágrimas fueran una ampliación del paisaje.
Y éstas se precipitan desgastando sus ojos de forma casi sincronizada, rítmica...


Pasan los minutos.


Se convierten en horas.


Sigue ahí. Sin moverse. Con otra copa. Otro cigarro. Otro más. Otro...


Y sus lágrimas no cesan, empañando el paso del tiempo. El pasado, el presente y el futuro.
Empañándolo todo, inundándolo hasta la extenuación.


Continúa en el mismo sitio. Mirando un infinito donde sigue sin haber nada. Absolutamente nada...

miércoles, 11 de junio de 2008

Punto de inflexión

-¿Quieres apostar?

-¿Para qué?

-Para hacer el juego más emocionante.

-¿Y para que jugar si ya se sabe de antemano que se va a perder?

-¿Qué tal por el placer de jugar? Por la emoción de probar, de divertirse, de demostrar que no te rindes a la primera de cambio...

-No me parecen razones de peso suficientes para perder el tiempo.

-Creo que tienes problemas de perspectiva. Además, ¿acaso tienes algo mejor que hacer?

-Supongo que no.

-Tu error está en ver la vida como una partida perdida contra la muerte y no como la oportunidad privilegiada que es. Tarde o temprano todos alcanzaremos la misma meta, la diferencia está en cómo saboreamos mientras tanto el recorrido. ¿Qué tienes que perder?

martes, 10 de junio de 2008

Espiando desde el otro lado

He llamado a tu puerta. Me he sentado en el rellano apoyando la espalda en la pared y las manos sobre las rodillas. Sé que estás ahí. No me quieres abrir. Ni a mí ni a los demás. Has girado dos veces la llave en la cerradura, has asegurado el pestillo y te has enterrado entre mantas de lana.

Pero te veo a través de la puerta. Tus ojos están siendo bombardeados por rayos en blanco y negro. Tus oídos son atravesados por ruidosos sonidos que flotan en el ambiente. Tu boca paladea un regusto amargo mezcla de sabores que no quieres tragar. Tus manos poseen una pequeña vida que te transmite un calor que no sientes. Y tu nariz permanece olvidada, inmersa en ese espectáculo de sentidos abandonados.

Quieres esquivar tu mente, que tanto te hizo sufrir. Perderte en ese lugar en el que no necesitas actuar. En el que todo viene dado. Pasear por un escenario de cómoda fantasía en el que nadie te observa. Mirar sin ser mirada. Conseguir sin luchar. Vivir sin oxidarte.


Pero no hay un universo en el que el hombre no sea juzgado. Las consecuencias de la existencia son abrumadoras. Cada paso dado requiere un esfuerzo de cálculo intenso. Las energías son absorbidas por tanto sinsentido ajeno. El cansancio invita a pararse. A darse por vencido.

Tú eres una luchadora. Nunca te has cansado de luchar. Porque te gusta luchar. La embriaguez del triunfo suaviza el efecto de la desesperanza. El avance empieza a un ritmo vertiginoso, tan embaucador que sólo tienes ganas de saltar. Gritar tu victoria al aire. Y ondear una bandera de libertad conquistada.

Sigo sentado a tu puerta. Espero a que me abras. Para hacerte compañía. Para planear una táctica infalible. Y gritar contigo que lo has conseguido. Que tienes una nueva victoria que celebrar.


Venga, asómate a la mirilla. Verás a alguien que cree en ti.

domingo, 8 de junio de 2008

Felicidades Niña Azul


PUPILA AZUL
(G.A. Bécquer)

Tu pupila es azul, y cuando ríes
su claridad suave me recuerda
el trémulo fulgor de la mañana
que en el mar se refleja.


Tu pupila es azul y cuando lloras
las transparentes lágrimas en ella
se me figuran gotas de rocío
sobre una violeta.


Tu pupila es azul y si en el fondo
como un punto de luz radia una idea,
me parece en el cielo de la tarde
una perdida estrella.


¿Qué es poesía?

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.

¡Qué es poesía! ¿Y tu me lo preguntas?
Poesía eres tú.

sábado, 7 de junio de 2008

Mundo de color...

Rojo... vida, calor, fuego. Me evoca sentimientos impulsivos, pasión, quizá odio, rabia incluso. Tiene connotaciones sensuales. Peligro, miedo, riesgo...hasta llega a quemar. Es puro y transmite fortaleza.

Verde... pienso en un inmenso bosque, en un prado, en la hermosa naturaleza. Pero hay algo en ese color que me transmite desconfianza, inseguridad, distancia. Fragilidad. Sabor agridulce.

Azul... equilibrio, serenidad, inmensidad. Sin lugar a dudas es mi color favorito y con el que me siento más cómodo. Llega a mis ojos con una calidez sorprendente. Me trasmite calma, seguridad. Húmedo y fresco. Huele a libertad.

Blanco... esterilidad, ausencia de todo, perfecta armonía, vacío. A veces marea, es confuso, parece no tener fin... Suena apagado y seco.

Morado... calidez, dulzura, serenidad. Tiene un tacto sedoso. Es muy confortable, como si abrazase. Huele a atardecer acompañado.

Amarillo... no tengo nada que me acerque a ese color. Me gusta, es luminoso y vitalista, pero hay algo en él que no acaba de encajar conmigo. Luz, estrellas. Huele a arena chamuscada.

Negro... oscuridad, camuflaje, refugio de almas. Inseguridad y seguridad a un mismo tiempo. El todo y la nada. Mutable, transformador.

Naranja... locura, exaltación, imprudencia. A veces no lo soporto, me provoca una sensación de repulsión en la boca del estómago. Amargo, ácido. Suena desafinado.

Rosa... me empalaga, es pasteloso, como caminar sobre algodones de azúcar. Admito tener ciertos prejuicios sobre este color. Lo encuentro insulso.

Gris... me encanta, es otro de los colores que me equilibra. Es nostálgico y bohemio pero me siento cómodo. Huele a lluvia recien caída.



Actualización cursi del blog! Tardaba en llegar.....¿no crees? ;)

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jueves, 5 de junio de 2008

Observando[nos]

Si miras a tu alrededor, observas, eres consciente de todo lo que te rodea y sigues adelante como si nada...¿qué te hace pensar que cuando mires dentro de ti, observes y seas consciente, será distinto?

No es tarea fácil. Es necesario conseguir el coraje suficiente para ser introspectivo y sincero contigo mismo. La mayoría prefiere buscar excusas para no enfrentarse, para no asumir, para no mirar a la verdad de frente. Es más fácil engañarse. Es más fácil mostrar una cara exagerada, distorsionada, suavizada, edulcorada... de la forma que sea que interese, para no sentirnos peores personas y obtener la respuesta moderada que nos haga sentir mejor. Sigue siendo otra forma de mentir(nos).


Hay que ser muy valiente para asumir más palabras de las que nos convienen, más perspectivas, más oportunidades... para no conformarmos, para no acomodarnos, para no seguir dibujando con un fino pincel un mundo que no corresponde con el real.

Hay que mirar dentro y sacar de los arrinconados baúles la realidad, la de verdad, no esa realidad que nos hemos creado para justificar nuestro mundo. Incluso hay que mirar debajo de la alfombra, esa que esconde todo aquello que nadie quiere tener a la vista pero que no evita que siga existiendo. Hay que mirarse honestamente al espejo y no tener miedo de la imagen que devuelva su reflejo.


Es tan injusto y negativo ser demasiado duro con uno mismo como ser excesivamente benévolos. No se trata de juzgarse, sino de aprender, asumir, crecer, madurar.


Un proceso largo, profundo y doloroso.... pero increíblemente enriquecedor.

miércoles, 4 de junio de 2008

Deseo



¿Has probado alguna vez a olvidarte de todo lo que deseas?

Líbrate del deseo y descubrirás que en realidad ya tienes todo lo que necesitas. Pero siempre buscamos más.

Me pregunto si se trata de cierto inconformismo, de una necesidad de completarnos, de insatisfacción personal, de la búsqueda eterna de respuestas en lugares equivocados...

Quizá solemos desear aquello que no tenemos. Tal vez una buena forma de solucionarlo sea que cada día dedicásemos un instante a mirar a nuestro alrededor y darnos cuenta de que tenemos todo lo que necesitamos.

Hay veces que nuestros deseos nos juegan muy malas pasadas, haciéndonos creer en utopías inalcanzables. Sin embargo, otras veces funcionan. Pero, ¿qué seríamos si no tuviéramos sueños? ¿viviríamos en una perpetua apatía?



Pese a todo, desear no tiene por qué ser malo, siempre y cuando no dejes que los deseos gobiernen tu vida y frustre tu presente. Es más, tener deseos es bueno, vivir de ellos no tanto.


Pero todo eso puede ser muy complicado, ya que todos esperamos que nuestros deseos se hagan realidad.

martes, 3 de junio de 2008

Aquello que nunca te dije

Se dice que las cosas que no se dicen suelen ser las más importantes.

Pero, ¿por qué nos costará tanto decir algunas cosas? ¿Miedo a que nos decepcionen? ¿A decepcionar? ¿A que nos hieran? ¿A herir? ¿A que no nos comprendan? ¿A que nos juzguen? ¿A que nos malinterpreten? ¿Verguenza? ¿Miedo a sentirnos vulnerables?

¿Nos arriesgamos lo suficiente, o simplemente cerramos la puerta a una parte de nuestro mundo sin dejar que nadie entre, sólo por si acaso?

Si las cosas que nunca se dicen suelen ser las más importantes.. nos dejamos demasiadas cosas importantes sin decir... ¿no creen? ;)