martes, 27 de mayo de 2008

Vida Diaria


Está amaneciendo. Te acercas lentamente a la ventana y apoyas tu rostro en el cristal. Observas. Respiras. En ese momento el Sol comienza a salir y su radiante sonrisa te grita los buenos días. Un rayo se filtra por los cristales y acaricia suavemente tus mejillas. Tienes una sensación cálida y enérgica que te obliga a despertar, a la vez que te recuerda lo bello que se esconde ahí fuera.

Consigues levantarte con mucho esfuerzo, mientras tu mirada sigue clavada en la ventana. En tu barrio hay muchos perros. La gente los llama callejeros, pero tu sabes bien que eso no es verdad.

La casa, en estos momentos, está llena de ruidos. Además de los perros, puedes escuchar a los niños camino a la escuela o a los vecinos camino al trabajo. Son ruidos cotidianos que te recuerdan tu rol en el mundo y que te obligan a abandonar tus pensamientos para sumergirte en ese juego que todos llamamos vida.

Sales de casa. Te desconectas. Te dejas perder entre las masas de gente. Te vuelves uno de ellos. Corres. Gritas. Ríes. Hablas. Sufres. Lloras. Y luego regresas a casa. Te quitas la ropa, tus zapatos y la máscara que llevas puesta. Entonces eres tu mismo. Te disfrutas. Te alimentas.

Te acercas a la ventana donde antes habías dejado al Sol dándote los buenos días. Te das cuenta de que el Sol ya se ha ocultado. Ha vuelto a marcharse sin despedirse, y su hermana la luna aún no se deja ver. Respiras. Pensando en mañana te metes en la cama. Y viajas. Te pierdes. Te encuentras. Te inventas.

1 comentario:

MâKtü[b] dijo...

sip...la puta rutina
bonita forma de afrontarla...
bonita o realista¿?
nose...

x cierto la parte d als mascaras me ha gustado;) es bastante real

pensaba k solo escribias cuando se te iba la lla, no sabia k escribias tan a menudo

si sq nunca se sabe cuando te puede sorprender una persona xD

besos!