martes, 5 de agosto de 2008

¡ Adelante !

Muchas de las mejores cosas de mi vida han surgido siempre a consecuencia de una improvisación aparentemente casual y que nunca he podido comprender, ni lo pretendo. Forma parte de la magia de lo inesperado, lo impredecible, de la química de lo inexplicable. Y desentrañar ese tipo de cosas es algo en lo que no me gusta indagar demasiado. Las dejo jugar enredándose en mis pies y me dejo mover por sus travesuras. Me he jugado muchas apuestas con los ojos cerrados y casi siempre he resultado vencedor, pese a los posibles desaciertos. En la vida no gana quien no arriesga.


La vida y yo hemos estado en guerra demasiado tiempo, pese a que acabamos de firmar un acuerdo de paz. Pero ya se sabe, los acuerdos, como todo, acaban por romperse. ¡A ver cuánto dura este!
A veces la vida sigue envidiándome, se marca un órdago bajo la manga y me deja sin tréboles de los que echar mano. Pese a estar en bancarrota, esta vez no me ha impedido calzarme mi mejor sonrisa, esa que algunos días se disipa y no se deja ver, especialmente en invierno.


Pero ahora estamos en verano, puedo olerlo sobre mi piel, hasta llego a paladearlo.


Tiempo de recoger algunas lágrimas oxidadas y salir con lo puesto.


Tiempo de abrir las alas, las pupilas y hasta los pulmones.


Tiempo de desenterrar las ganas y los sueños que tanto tiempo han estado hibernando, aunque muchos sigan sin querer salir todavía...


Tiempo de salir a ver qué sorpresas nos ha deparado la vida hoy..

1 comentario:

MâKtü[b] dijo...

yo sigo en guerra con la vida...

damelo!