miércoles, 9 de julio de 2008

Sombras

Para dilucidar dónde empieza una realidad y acaba una apreciación subjetiva, tendríamos que ser capaces de independizar nuestro pensamiento de la carga de subjetividad que va adherida a él, y con la que inevitablemente distorsionamos todo lo que llega a nosotros. Yo y mis circunstancias, y mis aprendizajes, y mis experiencias, y mis miedos, y mis perspectivas, y mis decisiones, y mis derrotas.... Y justo en medio, mezclado, desordenado, confuso y disperso, la amalgama de lo que somos, lo que hemos sido, lo que creemos ser y lo que querríamos ser.


¿Cómo saber diferenciar? ¿Cómo distinguir qué es lo que hay de nosotros o de lo que nos inculcaron? ¿De lo que hemos pasado o de lo que esperábamos? ¿Cómo comprender qué parte está mediatizada? ¿Qué razones no pensamos pero nos persiguen? ¿Qué carga es nuestra o heredada? ¿Qué paso es decisión o rutina? ¿Cómo encontrarnos si la mayoría de las cosas que pensamos se quedan fuera de la injusta y desigual balanza?


Al final, no hay más respuestas que preguntas.



Y sólo y exclusivamente con suerte llegaremos a descubrir que somos algo más que seres contradictorios en continua evolución.

1 comentario:

MâKtü[b] dijo...

tu lo as dixo, al final...